El Banquete Hoy en día hay una “moda”, una palabra, más bien una “expresión” que se usa bastante que es: “Tal persona es andrógena… tal marca de ropa es andrógena”. Pero si nos ponemos a revisar un poco el pasado esta palabra viene de “Androginia” que se denomina así a las personas que son llamativas por tener rasgos externos que no son propios ni del sexo masculino ni femenino, entrando así en un término medio. En un terreno medio. El término fue mencionado por primera vez por Platón, en su obra “El Banquete” donde hace mención de un ser especial que reunía en su cuerpo el sexo masculino y el femenino y/o masculino-masculino y femenino-femenino. Porque hago hincapié en esta mitología, “Porque no todo lo que es parece”, detrás de esta historia hay una hermosa mitología y creencia sobre el amor. Continúo… Según cuenta el mito, estos seres intentaron invadir el “Monte Olimpo” (El Monte Olimpo también transliterado como Olýmpos, que significa "el luminoso") es la montaña más alta de Grecia), lugar donde viven los dioses, Zeus, se enfureció al percatarse de esto, y comenzó a lanzarles un rayo tan fuerte provocando como herida a éstos la división de su unión. Desde entonces, se dice que el hombre y la mujer andan por la vida buscando su otra mitad. Muchas veces se ha dicho sobre esta teoría que en realidad interpreta el amor como una fuerza que empuja a una persona a buscar su complemento psicológico en la relación de pareja con otra persona (su "media naranja" #su otra mitad”). No queda todo en esto Zeus, siguiendo con su bronca planeó un medio para debilitar a los seres humanos: ¿de que se trataba esto? Era poder dividirlos en dos cuerpos. Desde entonces los humanos tuvieron que vivir con esta división, y cada mitad hace esfuerzos para encontrar a su otra mitad. Cada uno de nosotros, diría Platón, "no es más que una mitad de ser humano, que ha sido separada de su todo como se divide una hoja en dos." En el desarrollo de la cultura occidental posterior a la cultura griega se ha utilizado el mito del andrógino descrito por Platón para justificar la necesidad de complementación psicológica que los varones y las mujeres tienen entre sí. Para establecer una relación de pareja, se llegó a afirmar alguna vez, que un varón necesita a una mujer; y una mujer necesita a un varón. Implícita, o explícitamente, se eliminan otras relaciones de pareja: si un varón, por ejemplo, no busca una complementación en una relación con una mujer, se afirmaba en el pasado, y por consecuencia le faltaría algo. Y aquí se vuelve a apelar a la necesidad mutua que los varones y las mujeres tienen entre sí de estar juntos, necesitarse, y complementarse.
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