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jueves, 20 de agosto de 2009
TEXTO DE MARÍA CODA
“Cuando la mentira es la verdad”
No es un tema de Divididos…Ni una obra de teatro de Laura Yusem inspirándose en Chéjov, en "El caso Vania" un refinado y riesgoso experimento dramático
Las diferentes formas de la mentira.
Aunque desde chicos nos enseñan que hay que decir la verdad, todos mentimos en algún momento de nuestra vida. Desde las mentiras piadosas, hasta ocultar cosas; o cuando nos engañamos a nosotros mismos para no reconocer determinadas realidades.
“Mentir está mal”
Desde la infancia se nos inculca el valor de la verdad. Sin embargo, todos mentimos de alguna u otra manera. Existen las mentiras blancas, “las mentiritas” y el “mentirme que me gusta”, entre otras. La mentira no necesariamente es oscura, retorcida y malévola; enfrentada a una verdad prístina, pura y buena. El tema tiene sus grises.
No ES TAN TERMINANTE
Según una definición de la Real Academia, una mentira es una “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa” y el acto de mentir es “fingir o aparentar”. Así, un discurso puede ser “mentiroso” si el que lo está pronunciando cree que lo que dice es falso. Sería como engañar de manera conciente.
Aunque suena extraño “Muchas veces las mentiras pueden revelar la verdad sobre la esencia de quien la enuncia, con lo cuál no se engaña azarosamente con cualquier cosa; sino que condensa algún fragmento, alguna marca particular de la historia de quien la dice”.
“Hay mentiras enunciadas con intencionalidad conciente y otras, con intencionalidad inconsciente (no sabe que está mintiendo). Las dos dan cuenta de lo particular, de lo subjetivo de quien la enuncia. El ocultamiento es otra cosa, funciona como velo para aquellas cuestiones que no funcionan en el hombre: que no existe la felicidad, que no todo sale redondo, que el otro tiene fisuras, topes, que está limitado”. En definitiva: “Muchas el ser humano se miente a sí mismo para preservarse de la verdad que le podría ocasionar un dolor mayor como la angustia”
Que quede en claro que no es lo mismo que los Mentirosos profesionales: psicópatas y mitómanos (esto si es grave, muy grave…)
Hay ciertos trastornos mentales que provocan en algunas personas mentir compulsivamente (sin poder evitarlo) o sin importar sus consecuencias. Y con una necesidad terrible de ser “aceptado”.
Acá entraría la categoría de Los PSICÓPATAS CARISMÁTICOS:
son mentirosos encantadores y atractivos. Por lo general están dotados de uno u otro talento, y lo utilizan a su favor para manipular a otros. Son generalmente compradores, y poseen una capacidad casi demoníaca de persuadir a otros para que abandonen todo lo que poseen, incluso hasta sus vidas. Los líderes de sectas o de cultos religiosos, por ejemplo, podrían ser psicópatas si conducen a sus seguidores a causar su propia muerte. Este subtipo llega a menudo a creerse sus propias ficciones.
Son irresistibles.
A pesar de que el psicópata tiene gustos y preferencias, y afición por los placeres que la compañía humana puede traer, el análisis demuestra que es totalmente egocéntrico, y que valora a los otros solamente porque aumentan su propio placer o mejoran su estatus. Mientras que él no brinda ningún amor verdadero, es absolutamente capaz de inspirar amor a veces hasta fanático en los demás.
Es por lo general superficialmente encantador y da muy seguido una impresión llamativa de poseer las cualidades humanas más nobles. Se hace de amigos fácilmente, y es muy manipulador, con su habilidad de palabras para salirse con la suya de cualquier apuro. A muchos psicópatas les encanta ser admirados y se regodean cuando los demás los adulan.
La carencia de amor trae también aparejada la carencia de empatía. El psicópata es incapaz de sentir lástima por otros en situaciones desafortunadas o de ponerse en el lugar de otra persona, sin importar que haya lastimado o no a esta última.
"La mentira, el engaño, y la manipulación son talentos naturales en los psicópatas... cuando son pillados en alguna mentira o desafiados con la verdad, rara vez quedan perplejos o desconcertados - cambian simplemente sus historias o procuran remoldar los hechos de modo que parezcan constantes con respecto a la mentira. El resultado es una serie de declaraciones contradictorias y un oyente profundamente confundido.
Poseen una memoria selectiva.
Este tipo de trastornos de personalidad hacen que quien los sufre no sienta culpa ni remordimiento. El cine de Hollywood se ha encargado de construir muchos personajes que portan estas características: desde Alex en La naranja mecánica o el malvado Yago en el clásico de Shakespeare, Otello.
MITOMANÍA:
Otro mal es la mitomanía, un trastorno psicológico que consiste en mentir y falsear permanentemente la realidad sin medir consecuencias. De todas maneras no se trata de una psicosis (locura), donde es común que aparezcan delirios y que la gente crea en producciones fantasiosas.
Mentira, la mentira; mentira la verdad
Más allá que existen personas que mienten deliberadamente para molestar a otros o para sacar algún provecho, muchas cosas que resultan no ser verdad se deben, en parte, a que no sólo la gente “loca” delira. Todos, de vez en cuando, deliramos un poco. Las organizaciones, el Estado, los políticos, los economistas… todos deliran o, mejor dicho, creen en cosas que no se corresponden con los hechos.
Muchas veces no queda claro qué es mentira y qué es verdad, porque simplemente, esas categorías son demasiado rígidas como para captar la complejidad de nuestro lenguaje y de las cosas que pensamos, sentimos y hacemos. Lo que sí podemos decir, es que toda vez que enunciamos algo, de alguna manera, estamos mostrando una verdad singular. Del mismo modo, cuando mentimos también descubrimos algún tipo de verdad, una verdad que a veces nos puede incomodar.
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