miércoles, 19 de agosto de 2009

TEXTO DE MARÍA CODA

AL MAL TIEMPO BUENA CARA Y HUMOR

CRÓNICA: Ser soltero/a un sábado a la noche en Rosario City! ¡¡¡¡Wowww suena a tiremos la casa por el balcón!! Pero es más parecido a ¡¡¡saltemos todos juntos por el balcón y terminemos con este padecer!!! Llega la noche del sábado… y los clásicos, típicos y rutinarios programas comienzan a organizarse ¡que emoción yupi yupi…vamos hacer lo mismo de siempre!!! El entusiasmo es embriagador. En un grupo de “amigas de salidas” todas tienen un rol, “la optimista” convencida de que “esa es la noche” y va a conocer a ese “hombre”, “la conformista” que sale porque salen todas y no se hace grandes expectativas, “la mala onda total” que nunca se sabe para que va si desde el vamos todo esta mal. “La gamba” la amiga que te hace pata y va con onda, y hace sociales, “la salidora compulsiva” que no sabe que existen otras maneras de pasar el tiempo o divertirse que no sea el “Boliche”, ni salir a conocer a nadie” ella sale…, “La toco y me voy” que sale para decir que salio, da una vuelta y a la hora aprox. ya se fue. La “difícil” que sale de vez en cuando, pero cuando lo hace es con ganas y lo que más le gusta es la salida en si. En un grupo de varones es más parejo todo. En lo único que se diferencia es que esta el que siempre gana porque esta bueno, pero si no son todos iguales para más o para menos, “moscas zumbadoras que merodean en la noche”… quieren todo, pero no consiguen nada, están grupo, con vaso en mano y con actitud “si acá estoy”. Chicas y chicos organizan la noche. Los hombres por un lado con su previa a la salida (asado o tomar alcohol en forma desmedida). Las mujeres aburriéndonos como hongos, ya sin saber que hacer esperando la hora. Hasta que llega el momento y “picamos ambos sexos hacia el lugar elegido”. (Que seguramente es el mismo del finde anterior y del próximo y así sucesivamente) Una vez ahí las escenas comienzan a repetirse, las mismas historias, la misma gente, los comentarios de siempre de amigas/os, la pregunta de la noche ¿Quién esta? (obviamente el mismo o la misma de siempre)… Comienza la circulación por el “Boliche”o “Bar”… (El surco) vamos y venimos, hasta que siempre uno/a dice acá acampamos. Y se toma posesión de ese mínimo lugar. Todo lo que va sucediendo a lo largo de la noche sirve para ponernos a casi todos en un lugar común y nos lleva a una ineludible conclusión. “No está siendo fácil conseguir una pareja a los 30 y tantos, 40 y tantos. Pero acá esta la diferencia porque aparece “el qui de la cuestión” El hombre... ¿hombre? …digamos el masculino; el lo vive distinto. Y no me vengan con que “volvieron los lentos” porque si es así a todas se nos escapo la tortuga... En esta caravana del amor nosotras ponemos ilusión y ellos inmadurez y alcohol. Las mujeres protagonistas de esta historia nocturna somos chicas con más madurez que vetas adolescentes, muchas con un título universitario bajo el brazo; con un buen trabajo. Vivimos solas hace un tiempo y esa soledad nos enseñó la independencia. Trabajamos como condenadas, nos arrancamos el cerebro tratando de progresar, llegamos a casa reventadas y ahí seguimos con la visita obligada al súper, el gimnasio y eventualmente, tareas menos femeninas pero que hay que hacer como la plomería o la carpintería y hasta pequeños trabajos de electricidad. En fin tenemos lo que se dice la “vida bastante organizada… sin un hombre” Pero la realidad es que si bien sabemos estar solas, cuando a llega la noche… la soledad aparece, y las cosas se complican bastante. Los chicos de nuestra edad parecen estar aún enganchados en el jardín de infantes, salen en patotas, pero cada uno con su auto y el celular pegado en la mano, todos unos verdaderos adultescentes de 40 y tanto que parece que no se dan cuenta el paso del tiempo y nosotras que no entendemos muy bien qué les pasa pero que hacemos el intento de averiguarlo y tratarlos. Crónica de una noche: Salimos con las chicas. Vamos a un bar o al boliche. Se nos acercan tres chicos…Hasta acá vamos bien. Luego comienza la charla con las mismas preguntas de siempre: ¿qué cuanto hace que venís acá, que de dónde sos? hasta que llega la pregunta tremenda; ¿qué estás estudiando? A lo que una responde ¡ya estudié!!!…¿Cuántos años tienes? 30 y algo… y Los tres héroes abren los ojos y en cuestión de segundos se desvanecen. Por supuesto que no vuelven nunca más. La noche sigue con situaciones similares, o peores como ver el chico que te interesa “ignorándonos por completo” y hablándole a cuanta “mujer fea pase por su camino”…. Toda una noche de buena voluntad hasta que ya cansadas y con ganas de ir a la cama, se decide partir y mientras esperamos un taxi viene la reflexión… “No pasa Nada” Los chicos de nuestra edad están en otra… ¿Chicos más chicos? No conviene a menos que tengamos ganas de ser madres. ¿Ex parejas? ¡Ni pensarlo! Volvemos a lo mismo. Entonces ¿Quién? … Y ahí viene el nudo de la cuestión, la realidad. El panorama es el siguiente: Tenemos el eterno “escapista” que empiezan a aparecer los martes, miércoles a la noche, mediante mensajes de texto indescifrables y obvio, cual carroza de cenicienta, desparecen cuando el reloj indica el inicio del fin de semana. Los que saben hablar, pero demasiado. Tanto que te mienten y ¡¡¡te hacen cada verso!!! Después el que está de novio, con el speak: que está taaaan mal con la fulana, que no la deja... y el casado, ah ese sí que es cómico, con su verso que la mujer es una bruja, que los hijos... y la tan famosa frase " me voy a separar". En medio de este panorama, estamos nosotras, con todo lo que hay que tener para estar con alguien pero sin nadie, que buscamos...y no encontramos. Ellos le tienen alergia a la vida en pareja o prefieren seducir a veinte añeras. .. (Que es más fácil) ¿Por qué creen que sobran mujeres o escasean los hombres? Algo pasa, sobre todo en la franja que va desde los 30 y pico a los 50 años. Lo que percibo siempre es la misma queja... ¡No hay hombres!".

m.CAER / hija

m.coda

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