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domingo, 23 de agosto de 2009
Sujetar los dos extremos de la cadena/de maria coda
Sujetar los dos extremos de la cadena
(Dedicada a mi madre la persona que más amo en este mundo, Gracias mami!!)
¿Cómo conciliar la existencia de una Providencia amorosa con la presencia del mal en el mundo? ¿Estamos ante una pregunta sin respuesta?
Empecemos para poder hablar del tema por saber que es “La Divina Providencia”.
La divina providencia en la antigüedad:
Ya Platón en el décimo libro de las leyes afirma la existencia de la divina providencia. Lo que es confirmado por San Agustín en el libro octavo de la Ciudad de Dios, en el cual afirma, el seguidor de Platón, la existencia de la providencia de la divinidad, pensando que no es suficiente la adoración de un único dios.
Divina providencia en el cristianismo:
Una típica definición es la de Juan Damasceno, en Exposiciones de la Fe Ortodoxa, 2,29: "La Providencia consiste en la curación ejercitada De Dios en las comparaciones de eso que existe. Representa, por otra parte, Divina Gracia De Esa Voluntad a los cuales cada cosa es recta de un justo Mandamiento".
Uso del término en literatura:
El término no tiene solamente uso en el campo religioso o teológico, se utiliza también en el campo literario. De hecho en algunos autores la Divina Providencia actúa como un verdadero personaje influenciando los eventos. Del punto de vista de las soluciones narrativas es posible compararla al "Deus ex machina" del teatro griego, pero generalmente el impacto que tiene sobre el desarrollo de la narración es menos específico e inmediato.
Divina Providencia:
Es la “Suprema sabiduría de Dios que rige el mundo y a los hombres y cuida de ellos.
Hoy parece como enfrentadas “La libertad del hombre y la omnipotencia de Dios”
¿Por qué?, yo lo veo como los dos extremos de la cadena de la vida a los que hay que adherirse, pero adherirse con toda el alma. Son dos verdades a gritos y la unión simultánea de ellas es una exigencia fundamental para comprender y entrar en la doctrina de la Providencia. Por supuesto que siuno así lo desea.
Una vez leí una frase que nunca dejo de darme vueltas en mi cuerpo; dicía: “No abandonar jamás las verdades una vez conocidas”. Realmente era chica cuando la encontre en un libro y mucho no la comprendí... luego con el tiempo le fui encontrando un sentido fuerte, real y muchas veces contradictorio, pero siempre que la pienso, y la siento estas palabras me llevan a mi eje.
Una verdad en la que creo es “la Revelación” ¿Que quiero decir con esto? que a mi entender el hombre actúa libremente, la omnipotencia de Dios lo abraza y conduce todo lo existente y, por esto, es la libre actividad del hombre. Lo cual no significa la falta de conciencia de la existencia del enfrentamiento de los dos puntos de la cadena de la vida.
Sujetar fuertemente el extremo de la cadena que donde esta la libertad del hombre no me parece difícil; es algo innato del ser. El hombre normal no tiene dificultad en admitir que obra libremente. Pero consentir y asistir con fuerza también el otro extremo donde esta la omnipotencia de Dios, reconozco que puede ser extremadamente difícil o al menos lo es para mí algunas veces.
Creer y decir «sí» a Dios, bajo la moción de la gracia, mientras en nuestro interior todo se revuelve y grita: ¡no!, ¡no!, es desgarrador y agotador. Pero no imposible, porque existe algo llamado “Fe”.
Pascal ya lo decía; «La fe abraza muchas verdades que parecen contradecirse».
Plantear la cuestión de la libertad y de la Providencia es algo infinito…Pero existe la FE.
Tambien soy realista y veo que el problema del mal plantea dificultades aún más inquietantes, ya que pone en movimiento nuestra sensibilidad a costa de un funcionamiento ordenado de la inteligencia y nos hace tambalear y justo cuando la sensibilidad se conmueve y la lógica de un razonamiento impecable no es bastante para esclarecer el espíritu. Justo ahí es cuando hace falta el golpe de ala de una fe vigorosa.
Darnos cuenta. Problemas sin solución, el problema del mal y el problema de la aparente oposición entre la libertad del hombre y la omnipotencia de Dios, ejercen una influencia inhibitoria, especialmente en los espíritus cultivados.
En efecto, ni los análisis de los filósofos, aun de los cristianos, ni las argumentaciones de los teólogos, personas, por famosos que sean o no, son bastantes elocuentes para convencer a un hombre preso de sufrimientos de que el Dios que siente que le golpea es un Dios de amor. . . ¿Cómo se explica? Ahora invierto la pregunta, ¿Qué se hace con la libertad del hombre, en definitiva… ante el dolor, si no tenemos Fe, si no tenemos en que creer?
No importa que religión o en que se basa nuestra “fe”, pero si estoy segura que nos rescata, nos da paz, nos alimenta y nos hace crecer como personas.
Yo tengo mi “fe”, mi creencia, que es tan válida como la del hombre que vive en medio de la selva que solo ve el cielo, y siente que ahí esta su “FE”.
Podemos decirle Dios, Mahoma, Moisés, Abrahán, o ser de la religión que uno sienta, hasta el llamado “ateo” que vive su vida al lado del bien y del amor creyendo en el amor mismo. Eso es "fe" confiar, creer.
Nos queda por ver cómo podemos alcanzar esta feliz aceptación. Las adversidades existen y son muchas , el dolor, la tristeza, la guerra, la muerte… todo es real. Pero la “fe es como el amor” se siente, se cultiva, se entrega…
Hay que fiar en la Providencia, no lavarnos las manos y creer que nunca tenemos culpa de cosas que suceden…
Tratar de vivir la vida con una palabra que para mi lo dice todo D I C H A… ser dichoso porque estamos vivos.
Aclaro que no quiero hacer alusión a ninguna ideología, religión, ni creo saber nada, solo es una reflexión sobre lo que llegue después de 39 años. Y que la quiero compartir.
m.CAER/hija (m.coda)
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